jueves, 23 de febrero de 2023

PREMIO AL "PARCHE"

 


Esto ya es lo que nos quedaba por ver a las familias de Escuelas de Calor. La Junta de Andalucía que más daño está haciendo en menos tiempo al medioambiente andaluz de toda la historia autonómica, se despacha con un Premio Andalucía de Medio Ambiente. Y para seguir abundando en la desfachatez, se lo otorga a sí misma, a su Programa de Bioclimatización -¿programa de BioQUÉEE?- de centros educativos. ¡Toma ya!

Un programa que quieren a toda costa hacer pasar por la aplicación de la Ley 1/2020, de 13 de julio, para la mejora de las condiciones térmicas y ambientales de los centros educativos andaluces mediante técnicas bioclimáticas y uso de energías renovables, también conocida como Ley de Bioclimatización.

Una de dos, o confunden el 28F, día de Andalucía, con el 28 de diciembre, día de los Inocentes, o directamente nos quieren tomar el pelo. Nosotras nos inclinamos por esto segundo, porque si hay una cualidad que caracteriza al gobierno de Don Juan Manuel Moreno Bonilla es la poca vergüenza con la que trata a la comunidad educativa de la Pública. Disculpen que hablemos en plata, pero en otro contexto no puede entenderse ya esto. Y lo decimos con tristeza porque pensamos ingenuamente hace ya 3 años que, al ser la primera ley en que estampó su firma como dirigente andaluz, se la iba a tomar en serio. Los hechos nos demuestran todo lo contrario.

Lo que está poniendo en los centros educativos es refrigeración adiabática, que se parece a "técnicas bioclimáticas" como un huevo a una castaña. Y está por ver qué pasará cuando arranquen en mayo con esta refrigeración. Desde luego, esas actuaciones no se convierten en bioclimatización por poner en la puerta de los centros un rimbombante cartel que diga que son "Obras de Bioclimatización".

La ley de bioclimatización es mucho más que poner placas fotovoltaicas y un sistema de refrigeración adiabática.

La ley requiere de un desarrollo reglamentario que no se ha hecho.

La ley de bioclimatización exige la realización de auditorías o evaluaciones energéticas, que no se han hecho, en los centros considerados prioritarios teniendo en cuenta criterios técnicos.

La ley de bioclimatización establece que la Junta de Andalucía dotará de financiación suficiente para llevar a cabo las valoraciones o auditorías energéticas, las medidas correctoras recomendadas, la formación del personal y la elaboración de las guías técnicas; presupuesto CERO hasta ahora.

La ley de bioclimatización exige la elaboración de una “Guía técnica para la adecuación y la rehabilitación ambiental bioclimática y el uso de energías renovables de los centros educativos andaluces” en el plazo de 18 meses; cumplieron en febrero de 2022 y seguimos sin ella.

La ley de bioclimatización exige no sólo bajar la temperatura de los espacios educativos interiores sino también la renovación del aire para que sean saludables; ni en pandemia con un virus que se transmite por aerosoles se ha dado importancia a este aspecto de la ley.

La ley de bioclimatización contempla el acondicionamiento del entorno exterior de los centros educativos con vegetación y arbolado. Y el planeta nos está gritando que ya vamos tarde.

La ley habla de participación de la comunidad educativa y de transparencia, y lo que tenemos es propaganda y llamar a las cosas lo que no son.

Pues esto es lo que hay.

El lamentable apaño que están haciendo en los colegios e institutos públicos aprovechando que Europa arrima alegremente dinero para regenerar la economía tras la COVID, no ha llovido del cielo, ni es una repentina preocupación por las infraestructuras educativas públicas. Es que miles de familias lo pelearon, generaron un derecho para la comunidad educativa y una obligación para la Administración. Una obligación que Don Juan Manuel Moreno Bonilla está incumpliendo. 




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