martes, 8 de febrero de 2022

HOUSTON, TENEMOS UN PROBLEMA: CIERRAN UN CENTRO EDUCATIVO PÚBLICO.

 


Se viene marzo. Antes de que nos demos cuenta estará abierto el plazo de matrícula en los centros educativos andaluces. Y volveremos a vivir lo que ya es tan tradicional en primavera como el olor a azahar de los naranjos: se pierden plazas en la educación pública. Detrás de perder plazas viene perder centros. Y cada vez que se cierra un centro, un trocito de la Educación Pública se muere y el derecho inalienable a la educación retrocede.

Recientemente hemos tenido noticias del cierre de un centro en Huelva, el Tres Carabelas. Y en esta misma semana, otro en Castilleja de Guzmán, el Argantonio. Y no serán los únicos porque tienen la excusa de oro: baja la natalidad.

El caso de Castilleja de Guzmán merece un análisis profundo por 2 cosas: porque la Junta de Andalucía ha logrado dividir la opinión en este municipio y llevar a su terreno a gran parte de la comunidad educativa afectada, que no sólo es la del CEIP Argantonio, y porque revela el nivel de conciencia o actitud con que las de abajo percibimos la realidad que nos trasladan los de arriba.

Dicho sea de paso y por dejar constancia, que este análisis no lo hacemos desde el juicio, desde la acritud, ni desde ninguna posición de superioridad ni moral ni analítica. Lo hacemos desde la empatía y el respeto hacia todas las partes -todas tienen algo de “víctimas” porque todas pierden algo, todas, hasta las que aparentemente ganan- pero siendo conscientes de la necesidad de que los de abajo abramos los ojos y cambiemos de perspectiva. Por el bien común.

Resumimos la cuestión. Castilleja de Guzmán, municipio del Aljarafe sevillano, no llega a 3000 habitantes; tiene 2 centros de infantil y primaria. Linda con Valencina de la Concepción, casi 8000 habitantes; tiene 1 centro de infantil y primaria y un instituto de Secundaria. CEIP Argantonio, de Castilleja de Guzmán, escasa matrícula en los últimos años. Eso lo pone en el punto de mira de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, cuyas políticas son de desmantelamiento de la educación pública (de esta Junta del PP, como de las anteriores en manos del PSOE). IES Las Encinas de Valencina, masificado, pues recibe alumnado de varias localidades, sobre todo la propia Valencina y Castilleja de Guzmán.

La propuesta de la Consejería de Educación es transformar el CEIP Argantonio en IES y trasladar su alumnado al otro CEIP de la localidad, el Monteolivo, que también tiene ratio baja. Con ello, el alumnado de Secundaria de Castilleja de Guzmán no tendría que ir al IES de Valencina, que desde hace ya varios años reclama la ampliación del centro para bajar ratio y tener mejores infraestructuras.

Aparentemente, es buena solución. Tan buena, que ha sido bien recibida por gran parte de la comunidad educativa afectada. Esta parte comprende que no se puede tener abierto un centro con tan baja matrícula; comprende que es una solución parcial, mientras llega la ampliación del IES; comprende que Castilleja de Guzmán tendrá su propio IES para asumir la demanda de plazas de Secundaria; comprende, en definitiva, las razones de la Consejería. Esta ha logrado que los de abajo vean la cuestión con los ojos de los de arriba. El Argantonio se queda prácticamente solo porque pocos comprenden sus razones.

La Consejería con mucha habilidad ha sacado del foco que hay un centro de Primaria que se cierra, que hay plazas de la Pública que se pierden, que en el CEIP Monteolivo subirá la ratio, que hay un alumno con NEAE que necesita estar cerca de su centro de salud que ahora tiene que cambiar de colegio sin tener los recursos garantizados en el nuevo, que quizás la reconversión de CEIP a IES no llegue tan pronto o ni llegue (la Consejería no es precisamente muy cumplidora de sus “promesas” y más si requieren inversión, como esta), que ampliar el IES Las Encinas de Valencina ya no será tan necesario -según la Consejería- ni urgente porque ya no tiene alumnado de Castilleja de Guzmán asignado, que la plantilla de profesorado de un CEIP se queda sin destino o tendrá que ser trasladada removiendo a otro personal de sus puestos, que la Consejería se ahorra presupuesto e inversión en la Pública. Y sobre todo ha logrado que los de abajo no vean que la bajada de la natalidad es una oportunidad que nos ofrece la demografía para bajar la ratio y subir la calidad educativa.

Tenemos un problema cuando miramos estos temas desde la posición individual o el corto plazo y perdemos la visión de conjunto. Tenemos un problema cuando vemos la realidad comprendiendo a quienes no gestionan pensando en el interés general, aunque lo parezca. Los de arriba no son de nuestra clase, nuestra clase no puede renunciar a dar la batalla por sus derechos. Cada paso que retrocedemos, lo avanzan ellos. Cada batalla que no damos, la ganan ellos.

La solución pasaría por comprender nuestras razones, las de los de abajo, por plantarnos y exigir que la Consejería tome las decisiones que benefician a todas las partes a corto y a largo plazo: que se redistribuya el alumnado de infantil y Primaria de Castilleja de Guzmán entre sus dos CEIP y que se amplíe el IES Las Encinas para terminar con la masificación que padece. Solidariamente, toda la comunidad educativa unida debería luchar para lograr lo necesario y que todas ganen. Por el bien común.

La educación pública de calidad es un derecho y su defensa es una cuestión colectiva, porque en el barco de la Pública vamos todas y todos. Nos tocan un centro, nos tocan a todos.

Si baja la natalidad, que baje la ratio, pero que no se pierda ni una plaza ni un euro de inversión en la Pública.

NO al cierre del Argantonio.

SÍ a la bajada de ratio.

SÍ a la ampliación del IES Las Encinas.

SÍ a una Educación Pública y de calidad.