miércoles, 21 de octubre de 2020

LA LEY DE BIOCLIMATIZACIÓN PREVIENE LA COVID EN LAS AULAS Y NO SE APLICA


 

Andalucía tiene una ley en BOJA desde el mes de julio que no se aplica y que contiene una medida eficaz para el control del contagio por SarsCov2 en las aulas. Se trata de la ley de Bioclimatización que impulsaron las familias de la plataforma Escuelas de Calor y en la que participaron otros agentes sociales tras las protestas iniciadas por la plataforma en 2017. La Junta de Andalucía intenta disfrazar las medidas del plan anual de infraestructuras como si fuesen la aplicación de esta ley, pero dicho plan, anterior a la aprobación de la citada ley, nada tiene que ver con ella aunque incida en algunos centros con medidas de climatización.

 

Costó 3 años de lucha, pero se logró. El pasado 3 de junio se aprobó por unanimidad en el Parlamento Andaluz la “ley para la mejora de las condiciones térmicas y ambientales de los centros educativos andaluces mediante técnicas bioclimáticas y uso de energías renovables”. Fue un hecho histórico por varios motivos: por ser la primera vez que una ley nacida de la protesta social llega al BOJA, por ser una ley presentada por la oposición parlamentaria, por ser pionera en su contenido… pero lo más importante aquí y ahora es que posee las claves que pueden prevenir el contagio de la COVID en las aulas.

 

En su artículo 8.1. dice que “las actuaciones sobre las edificaciones educativas tendrán como objetivo la renovación del aire”. Nos preguntamos, ¿cuándo prevé la Junta de Andalucía ponerse manos a la obra con esas actuaciones? Cumplir la ley es su obligación y responsabilidad, pero ahora es además una necesidad sanitaria pues a la vista está que los contagios en los centros educativos no cesan y superan incluso los que se dan en el ámbito sanitario, según los datos publicados recientemente por el Ministerio.

 

La gestión de los positivos está siendo pésima e intentan que no cunda la alarma con falta de transparencia y controlando la información, pero así y todo no se puede negar la realidad, los centros educativos son focos de contagio por falta de medidas eficaces y recursos. El tiempo ha dado la razón a quienes lo denunciamos durante todo el verano.

 

El contagio por aerosoles del SarsCov2 es ya una realidad aceptada por la Ciencia y la aplicación de la Ley de Bioclimatización puede mitigar el riesgo. Además, los estudios de la calidad del aire interior de las aulas han demostrado que sus niveles de CO2 superan de largo los límites de lo saludable y con él la cantidad de aerosoles a que están sometidos nuestras/os escolares y sus docentes. Pasan 5 horas diarias en estas condiciones, incluso comen en las aulas. La ventilación con las ventanas abiertas en insuficiente. Si a esto añadimos que pronto las temperaturas y las lluvias desaconsejarán permanecer con las ventanas de las aulas abiertas, ¿a qué están esperando para aplicar soluciones al menos en esto, ya que no han tomado las necesarias en cuanto a bajada de ratio, ampliación de plantilla necesaria y distancia social?

 

La ley está en vigor desde el 14 de julio pero Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía, nada ha hecho ni para su desarrollo reglamentario, ni para la evaluación y auditoría de los centros, ni para iniciar las actuaciones edificatorias que, en lo referido a la renovación del aire, son urgentes e imprescindibles si de verdad importa la salud de nuestra infancia y la laboral de las trabajadoras y trabajadores de los centros educativos.

 

Si como ha dicho en el debate del estado de la comunidad le preocupa la sostenibilidad, ahora tiene la oportunidad de demostrarlo más allá de la demolición de El Algarrobico, a lo que lo obliga una sentencia judicial. La comunidad educativa espera que destine recursos a convertir los centros educativos en espacio saludables sea en sus aulas o en sus patios, en los que trabajar o educarse no sea exponerse al SarsCov2 y a estrés térmico. Tiene una herramienta en sus manos: la ley de bioclimatización. Una manera, además, de generar empleo, mejorar el medioambiente urbano y reactivar la economía en tiempos tan duros para la sociedad andaluza como los que estamos atravesando. Pónganse ya manos a la obra. 

viernes, 9 de octubre de 2020

40.000 FIRMAS POR EL BLINDAJE DE LOS RECURSOS PARA LAS NECESIDADES ESPECÍFICAS DE APOYO EDUCATIVO


 

El pasado 7 de octubre, en el pleno Parlamento Andaluz, con los votos de PP, Ciudadanos y Vox se tumbó la admisión a trámite de una modificación legislativa para mejorar la atención a las necesidades específicas de apoyo educativo (NEAE) en la Educación Pública andaluza. El gobierno andaluz ha optado por llevar este asunto por decreto, según informó Miguel Ángel Ruiz -el portavoz de Educación del PP- a dos portavoces de Escuelas de calor antes del debate plenario. Las familias que desde varias provincias de Andalucía hemos participado en el proceso para presentar la propuesta que ayer llevó a Pleno Adelante Andalucía vamos a recoger 40.000 firmas para llevar al Parlamento una Iniciativa legislativa Popular para blindar los recursos NEAE.

Las familias no estamos dispuestas a que esto se haga a nuestras espaldas. Queremos participar porque son los derechos de nuestros hijos e hijas los que están en juego. Y puesto que la ley 5/1998, de 17 de octubre, de Iniciativa Legislativa Popular y de los Ayuntamientos nos da el marco para hacerlo, lo vamos a solicitar. Vamos a cumplir los requisitos que nos pone esa ley y vamos a recoger 40.000 firmas para presentar una Iniciativa Legislativa Popular para Blindar los Recursos NEAE.

 

Somos muchos los colectivos y organizaciones que hemos participado y apoyado el blindaje necesario para que las familias no tengan cada año que mendigar -porque eso es lo que hacen de despacho en despacho- los recursos que corresponden por derecho a sus hijos e hijas con necesidades específicas de apoyo educativo. Pero los partidos que apoyan al gobierno andaluz dieron al traste con este derecho ayer con tan solo apretar el botón del NO.

 

Es triste que después de reconocer que la inclusión es una necesidad en aquella comparecencia de nuestra plataforma ante la comisión parlamentaria por el pacto educativo, sean incoherentes con su voto, lo que no puede tener otra explicación que la de que este blindaje cuesta dinero, cuesta la inversión que no quieren hacer en la Educación Pública. Los recursos existen, hay PTIS (Personal Técnico de Integración Social), hay maestros/a de PT (Pedagogía Terapéutica), hay AL (especialistas en Audición y Lenguaje), hay Mediadores comunicativos e Intérpretes de Lengua de Signos Española (ILSE), igual que existen Equipos de Orientación Educativa (EOE); no hay enfermería escolar pero debería haberla. Todo está creado, pero infradotado o ausente. Ya basta, esto debe cambiar porque los profesionales no pueden seguir trabajando en estas condiciones, ni este alumnado puede estar desatendido por más tiempo. Tienen que ocupar su lugar en la sociedad y para ello necesitan el lugar digno que les corresponde en la escuela, primer paso para la inclusión real.

 

Iniciamos desde ya la movilización y la recogida de firmas por una Inclusión educativa real con las familias de toda Andalucía que nos hemos unido por esta causa. Esperamos tener el apoyo de todas las organizaciones que apoyaron y/o construyeron la propuesta de ayer en el Parlamento andaluz.

domingo, 4 de octubre de 2020

MODIFICACIÓN LEGISLATIVA PARA BLINDAR RECURSOS A LAS NEAE

A primeros de año se gestó esta modificación de la ley 9/1999, de 18 de noviembre, de Solidaridad en la Educación para blindar el tipo y cantidad de recursos en relación a la ratio de alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo que hay en los centros educativos, en un intento de que este alumnado reciba atención educativa de calidad y de que su profesorado especialista y personal de apoyo (P.T., A.L., PTIS, ILSE, mediadores/as comunicativos...) tenga condiciones laborales adecuadas para desarrollar su trabajo. Es lo que les correponde por derecho.

La propuesta resultante de la participación de sindicatos, plataformas de familias y AMPA, colectivos docentes... se registró en julio como propuesta del grupo parlamentario Adelante Andalucía.


Y el 7 de octubre subirá a pleno para su admisión a trámite. Si el gobierno de PP y Ciudadanos vota en contra, todo el trabajo colectivo habrá sido inútil y, lo que es peor, se habrá perdido una oportunidad de acercarnos a la inclusión educativa real, pues esta no es posible sin recursos humanos y materiales.

Es por ello que desde Escuelas de Calor registramos el jueves 1 de octubre una petición a los grupos PP, Ciudadanos y PSOE para que voten a favor de la admisión a trámite de esta propuesta de modificación legislativa. 


Ahora podremos comprobar si de verdad creen en la inclusión educativa y si son sensibles a las peticiones que les están llegando desde toda la comunidad educativa. 

Si votan NO, no estarán diciendo NO a Adelante Andalucía, que no es sino la herramienta que ha llevado esta necesidad al Parlamento andaluz, sino que estarán diciendo NO a toda la comunidad educativa y estarán dejando en la estacada al alumnado más vulnerable de nuestro sistema educativo cuyas posibilidades de desarrollo integral y en equidad con sus iguales depende de tener los apoyos que necesitan. 

Los derechos sobre el papel no sirven para nada si no se da oportunidad de ejercerlos. Y es a los poderes públicos a quien compete poner los recursos necesarios para que ello sea posible.

Habrá mucha, mucha gente observando desde toda Andalucía qué pasa el miécoles 7 de octubre en el Parlamento andaluz. 

#EducacionInclusivaReal

#BlindarRecursosNEAE



ESCRITO A LA ASOCIACIÓN JUEZAS Y JUECES PARA LA DEMOCRACIA


Hemos dirigido a la Asociación Juezas y Jueces para la Democracia este escrito junto a nuestras compañeras de Cádiz, Córdoba y Málaga. Puede ser sólo un gesto, pero es bueno que este despropósito se conozca en instancias judiciales.


Muy señoras/señores nuestras/os,

Somos madres y padres que tenemos a nuestros hijos e hijas escolarizados en la educación pública de la Comunidad Autónoma andaluza, concretamente de las provincias de Cádiz, Córdoba, Málaga y Sevilla.

Estamos organizadas en plataformas para la defensa de una educación pública, de calidad y segura, unas con más trayectoria en el tiempo que otras, pero que nos hemos coordinado en nuestro activismo desde que vimos cómo se planteaba la vuelta a las aulas en el curso que ahora comienza, en plena pandemia y cuando las autoridades sanitarias de dentro y fuera de nuestro país muestran una seria preocupación por el repunte de la COVID-19. Ya se habla de segunda oleada más que de brotes aislados y la tasa de contagio por cada 100.000 habitantes supera con creces la recomendada para volver a la actividad educativa presencial en las escuelas. Así y todo, hemos vuelto.

El confinamiento del estado de alarma nos obligó a cerrar todos los centros educativos y a adaptarnos de manera inmediata a una educación a distancia que hubo que improvisar de viernes a lunes, literalmente.

Durante ese proceso de educación confinada, las familias tuvieron que simular labores docentes con sus hijos/as, tutorizar sus tareas, poner a disposición de las actividades escolares sus pocos o muchos recursos tecnológicos e intelectuales. De igual manera, el profesorado tuvo que organizarse con sus propios medios para que el proceso de enseñanza se resintiera lo menos posible y su alumnado continuara teniendo una rutina “escolar” diaria en sus hogares.

Fue complicado, pronto se vio que el sistema educativo, pese a años de programas TIC, no estaba preparado para la teleformación, ni muchos/as docentes manejaban herramientas digitales, ni había plataformas en la mayoría de los centros educativos, ni todas las familias estaban preparadas para esta nueva etapa, ni tenían los dispositivos electrónicos necesarios para que sus hijos/as (algunas con más de un escolar en casa) siguieran conectados con sus profesores/as. En demasiados casos era el teléfono móvil o un ordenador compartido, incluso con el teletrabajo de los progenitores, toda la tecnología disponible.

La brecha social se manifestó en toda su crudeza y la desigualdad fue la nota dominante de esa etapa, un porcentaje significativo del alumnado se quedó atrás, su proceso de enseñanza-aprendizaje se interrumpió bruscamente, y ello afectó al alumnado más vulnerable por su origen socioeconómico y/o por tener necesidades específicas de apoyo educativo (discapacidad).

Es por ello que, desde finales de curso 2019-20, ya alertábamos de la necesidad de planificar el curso 2020-21 con rigor, partiendo de las necesidades detectadas y previendo que estaríamos aún con la COVID-19 entre nosotras. Ya hablábamos de inversión en la Educación Pública, de la necesidad de contar con más docentes para recuperar aprendizajes y bajar la ratio, de adaptaciones curriculares, de la necesidad de más infraestructuras educativas, etc. No puede olvidarse que el sistema educativo está debilitado, que las ratios han ido subiendo, las plantillas docentes han sido recortadas, hay servicios educativos privatizados, la atención a la diversidad es deficiente, los presupuestos de funcionamiento de los centros educativos han ido disminuyendo, etc. Todo producto de políticas de recortes y deterioro de lo público que vienen denunciándose por parte de la Marea Verde hace muchos años ya.

El adelanto del repunte de la COVID-19 -que no ha llegado en otoño y con los primeros fríos, sino en pleno verano-, así como el mayor conocimiento científico sobre las medidas necesarias para evitar el contagio, han venido a poner de manifiesto que las reivindicaciones que dábamos por imprescindibles por motivos pedagógicos, algunas históricas, lo son ahora también por motivos sanitarios y de salud pública.

El Gobierno y las comunidades Autónomas han decretado ya diferentes leyes que suponen, entre otras, el cumplimiento de algunas normas de seguridad para evitar la transmisión, como puede ser el uso obligatorio de las mascarillas tanto en espacios interiores como exteriores en mayores de 6 años y el aforo limitado en espacios públicos, que son de obligatorio cumplimiento, además de diferentes recomendaciones, como el distanciamiento social de 1,5-2 metros y el no agrupamiento de más de 10 personas en espacio públicos, esto último ha sido endurecido a no permitir reuniones de más de 6 personas en Andalucía.

Estas normas y recomendaciones se basan en el conocimiento científico, pues se ha demostrado ya que el SarsCov-2, al igual que otros coronavirus, se transmite no solamente vía góticulas, sino también vía aerosoles en los que también se encuentra carga vírica (Hamner, 2020; Liu, Ning, Chen, Guo, Liu, Gali, Sun et al., 2020; Morawska y Milton, 2020; Stadnytskyi, Bax, Bax y Anfinrud, 2020). En este sentido, diferentes científicos destacan 6 principales factores o elementos que aumentan el riesgo de transmisión del virus, a saber: el estar en espacios cerrados, mala o inexistente ventilación para el recambio de aire, el no uso de la mascarilla, el alto número de personas en dicho espacio (imposibilitando guardar el distanciamiento social), el hecho de que se hable mucho y/o alto en dicho espacio (lo que supone mayor exhalación del virus), y el hecho de pasar mucho tiempo en dicho espacio. Por ello, una de las recomendaciones que hace la OMS es efectuar en espacios abiertos las máximas actividades que anteriormente se hacían en espacios cerrados. Sin embargo, cuando eso no es posible, se hace primordial que los espacios cerrados estén bien ventilados, el uso en dichos espacios de filtros HEPA en los que se quede atrapado el virus, el uso de las mascarillas (aunque con poca claridad en cuanto a qué especificaciones técnicas debe tener) y el mantenimiento de la distancia de seguridad. 

Si repasamos los 6 factores de riesgo citados, que incrementan los niveles de virus en el aire y hacen más fácil su transmisión, se evidencia cómo un aula de infantil, primaria o secundaria, en condiciones normales, se vuelve un lugar de alto riesgo de contagio. De ahí que las familias nos hayamos posicionado en contra de que nuestros hijos e hijas vuelvan a la educación presencial sin seguridad y hasta que la Consejería de Educación tome las medidas necesarias.

¿Y qué ha hecho la Consejería de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía en todo este tiempo desde que acabó el curso pasado? Prácticamente nada, y lo poco que ha hecho, tarde y mal.

El 6 de julio, la Viceconsejería saca unas Instrucciones relativas a la organización de los centros docentes para el curso escolar 2020/2021, motivada por la crisis sanitaria del COVID-19, que obtuvo una rápida respuesta por parte de centenares de direcciones de centros educativos a lo largo de toda Andalucía que expresaron a través de comunicados que las instrucciones eran inviables por falta de recursos humanos y materiales y que no podían garantizar un entorno escolar seguro.

Posteriormente, la viceconsejería publica un decálogo y un documento aclaratorio de todas las dudas suscitadas por aquellas instrucciones y empieza la ofensiva contra las familias que nos habíamos posicionado en un llamamiento a vaciar las aulas los primeros días de curso como medida de presión para poner el foco en lo que consideramos una vuelta al cole temeraria e irresponsable.

En el citado documento, se amenaza a las familias con iniciar el protocolo de absentismo escolar con las consecuencias civiles y penales que ello implica (multas, cárcel o retirada de la patria potestad). Asimismo, se niega la atención educativa a distancia para el alumnado cuyas familias estén optando por proteger su salud sacrificando la educación presencial; esto es casi más preocupante que lo anterior, pues quizás el absentismo no puedan demostrarlo nunca, pero privar a nuestros hijos e hijas de la evaluación (perderían el año escolar) es una manera de presionar e imponer a las familias la vuelta a las aulas por encima de sus decisiones como padres y madres en el uso de su responsabilidad. Se nos veta la justificación de las ausencias de nuestros/as hijos/as con el documento que hemos preparado para todas las familias que lo deseen utilizar y se flexibiliza el comienzo de curso para minimizar la legítima protesta social (vaciado de aulas por parte de las familias y huelga estudiantil).

Recientemente ha sido publicado un informe de la Abogacía del Estado que aclara algunos supuestos pero que no descarta que las denuncias por absentismo prosperen en algunos casos previo estudio de sus circunstancias particulares por parte de la judicatura.

Nuestras denuncias públicas son claras y objetivas al igual que nuestras reivindicaciones:

- Los protocolos COVID para organizar el arranque y desarrollo de curso escolar 2020-21 no han sido elaborados por personal experto y ni siquiera cuentan con visado o inspección técnica, sino que son los propios equipos directivos -todos docentes, no epidemiólogos ni técnicos de PRL- los que los han realizado con una formación online de apenas 10 horas de duración. En ellos no hay medidas de calado como sí se establecen en otros ámbitos de la vida social porque no son posibles sin inversión, habilitación de espacios para uso educativo y contratación de personal docente y no docente (sanitario, de limpieza y servicios).

-  -No se ha bajado la ratio, lo que impide que haya la distancia social de seguridad recomendada en las aulas.

-    - No se ha contratado la cantidad de docentes necesarios para desdoblar los grupos-clase con ratio alta.

-    - No hay mecanismos de ventilación y recambio de aire en las aulas, pese a que el contagio por aerosoles tiene cada vez más apoyo entre la comunidad científica.

-  - No se garantiza la limpieza e higienización de los pupitres y espacios de los centros educativos durante la jornada escolar.

-    - No hay personal sanitario en los colegios e institutos que pueda valorar la sintomatología que pueda producirse en algún niño/a o persona adulta durante el tiempo lectivo.

-   - No se han habilitado espacios para uso educativo que puedan complementar las insuficientes infraestructuras escolares.

-   - Los criterios de actuación cuando se dan positivos en las aulas han ido cambiando desde el aislamiento de todo el grupo-clase, a sólo el alumnado/profesorado de “contacto estrecho” (alumno sentado delante, detrás, derecha e izquierda) con el positivo y ya vamos por sólo el positivo, sin duda para que la alteración de la actividad lectiva en los centros sea la mínima.

Consideramos que hemos hecho lo que como padres y madres era nuestro deber, denunciar la gestión demencial e irresponsable de la vuelta a las aulas, porque si estamos obligadas a llevar a nuestros hijos e hijas de 6 a 16 años a los centros educativos, también lo estamos a proteger su integridad física y su salud.

Pero la respuesta de la administración educativa andaluza nos deja en una situación de absoluta indefensión -sea por denunciarnos por absentismo, sea por negarse a la atención educativa a distancia de nuestros hijos e hijas en lo mínimo: comunicación de tareas y evaluación de control y trimestral- y vulnera el derecho a tomar decisiones sobre nuestros hijos e hijas, que deben ser respetadas siempre que no vayan en contra del bien del menor, y en este caso nuestra decisión es hacer prevalecer su salud sobre una educación presencial que la pone en riesgo.

Por tanto, apelamos a su criterio como parte de la judicatura para que, como colectivo  competente en administrar la justicia -que será posible con la ejecución de las leyes en beneficio del interés general y la igualdad- adopten alguna medida que haga a la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía asumir la responsabilidad que como poderes públicos tienen a fin de  dotar a las aulas y a los profesionales de la Educación de los recursos  necesarios para el ejercicio del derecho a la Educación de forma presencial, protegiendo la salud e impidiendo la exclusión y la brecha  social. Les agradeceríamos también que nos informaran si la actitud de dicha Consejería podría ser calificada como coactiva, intimidatoria e improcedente en un Estado social y democrático de Derecho.

Sin otro particular y en espera de sus noticias, les saludan atentamente,

AMPA Cádiz

AMPA En Pie (Málaga)

Escuelas de Calor (Sevilla)

Grupo Activo de vuelta al cole segura (Puerto Real, Cádiz)

Niñ@s del Sur (Córdoba)