sábado, 13 de junio de 2020

¿VOLVER A LA ”NORMALIDAD”? DE NINGUNA MANERA.



Si por normalidad se entiende volver a las aulas tal como las abandonamos el 13 de marzo y en las mismas condiciones, no queremos volver a la normalidad.

Desde que se desató la pandemia hemos asistido a meses de noticias, informaciones y opiniones. Algunas ciertas, otras tendenciosas, otras simplemente falsas, pero si algo ha flotado en el ambiente y el inconsciente colectivo es que después de esto habría una “nueva normalidad” porque esto nos había enseñado muchas cosas.

El confinamiento y el parón en seco de la vida “normal” nos habían puesto ante la situación de valorar muchas cosas cotidianas que parecía no valoráramos tanto cuando las teníamos al alcance de la mano. Se supone que como personas y como sociedad hemos aprendido qué servicios son esenciales y qué carencias presentan. De ahí por ejemplo ese gesto de aplaudir en los balcones, pintar corazones, arcos iris, echar de menos la escuela y al profesorado...

Ahora llega el momento de planificar el curso 2020-21 y ya parece que no interesa hablar de la “nueva normalidad” y la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía se desgañita diciendo que en septiembre se va a volver a las aulas con “normalidad”. ¿Acaso no han visto la de brechas y agujeros de la “normalidad” de la Educación Pública andaluza?

El borrador de las instrucciones que la consejería de Imbroda ha preparado para el curso 2020-21 es una auténtica vergüenza. Lo grave no es lo que dice, que se resume en obviedades sobre la práctica docente y de coordinación pedagógica que nuestros profesionales saben hacer sin que se lo digan y mucho echar el balón al tejado de la autonomía de los centros y sus equipos directivos, sino lo que no dice, porque con esos aspectos silenciados la Junta de Andalucía revela:
  •           Que no piensa invertir más en Educación Pública.
  •      Que no piensa bajar la ratio para incrementar la calidad en la atención educativa necesaria, ahora más necesaria que nunca, y para tener garantía de distancia social (única medida preventiva con consenso científico y sanitario).
  •        Que no piensa incrementar la plantilla docente.

La “normalidad” ya era deficitaria, ya tenía carencias acumuladas de años de recortes, y ahora es el momento de empezar a recuperar la educación pública que la sociedad andaluza merece. Sería una irresponsabilidad por parte de la consejería seguir como si nada, no sólo por el riesgo sanitario sino también porque sería hacer una dejación de las obligaciones que como poder público tiene de garantizar una educación pública de calidad. Sus políticas son continuistas con las que había y eso no es sino seguir deteriorando la Pública.

Venimos de años de recortes, de políticas de cierre de centros públicos, subida de ratio, despido de profesorado, pérdida de líneas públicas, bajas que no se cubren, interinidades eternas que comprometen proyectos educativos, privatización de servicios, infraestructuras abandonadas y con nulo mantenimiento que las ha deteriorado hasta casi la ruina… ¿Y nos dicen que tenemos que asumir que esa es la “normalidad”? ¿A esa normalidad tenemos que volver? ¿Y encima arriesgando la salud de nuestros hijos e hijas, de sus docentes y de nuestros abuelos y abuelas que los cuidan? ¿De nuestras familias y toda la sociedad, en definitiva?

#AsíNoVolvemos. Ya se lo dejamos claro. Invierta en Educación Pública. Recupere los niveles que tuvo. Valore de verdad a la comunidad educativa, respétela, señor Imbroda. No nos haga la pelota de boquilla para luego demostrar con sus políticas e instrucciones que le importamos menos que nada.

Y deje de beneficiar a la educación concertada. Esa será la que le interese por ideología y con la que empatice como empresario del sector que era usted (Instituto MEDAC) hasta que cogió el cargo público, pero esa no es la de todos y todas. Es la de quienes la eligen porque la pueden pagar, pero no es la nuestra. Aplique políticas desde la equidad y destine recursos a la Educación 100% Pública que es la que debe ser rescatada de la pandemia y de las políticas de deterioro, desprestigio y desmantelamiento que llevan años aplicándose.

Dice el señor Imbroda que los niños y niñas de la concertada también son nuestros niños y niñas. ¡Qué argumento más perverso! ¿Pretende convertir la financiación de la Educación en una cuestión emocional y de competición entre un alumnado y otro? No se puede caer más bajo en la manipulación política y social.

Lo cierto es que las familias que quieren una educación privada y diferenciada están en su derecho de elegirla y la Constitución lo reconoce, pero la Administración no está por el contrario en la obligación de financiarla. Quien quiera una escuela privada que se la pague. Pero el derecho a una educación pública de calidad -ese sí es de todos los niños y niñas-, no puede verse comprometido por un reparto de fondos (que es en realidad detraer fondos de la Pública) argumentado de manera tan falaz. Esto se traduce en que el alumnado de la concertada está siendo privilegiado sobre el resto porque a su disposición se ponen más y mejores recursos e instalaciones.

En este país la concertada tiene el ancho del embudo, todos los derechos y nuestro dinero (el público) y solo parte de las obligaciones. Y para muestra estas instrucciones de cara al curso 2020-21, que la concertada podrá adaptar “según su organización” mientras que para la Pública son de obligado cumplimiento.

Desde Escuelas de Calor lo tenemos claro. Volver a las aulas sí, pero con un Plan de Emergencia Educativa que garantice:
  •      Seguridad sanitaria: distancia social, higiene y limpieza para evitar repuntes de la COVID-19.
  •      Menos ratio: atención educativa individualizada y de calidad que permita recuperar aprendizajes esenciales y realizar las adaptaciones curriculares necesarias.
  •         Más docentes: los que ya faltaban y los necesarios para la situación extraordinaria que se ha generado.
  •        Atención de calidad a las NEAE, sean por diversidad social, cultural y/o funcional, con orientadores/as, docentes y personal de apoyo suficientes y en condiciones laborales dignas.
  •           Más inversión que haga todo lo anterior posible, blindada con el 7% de PIB.

Al mismo tiempo que se garantiza la calidad educativa y la seguridad sanitaria de la educación presencial, deben tener preparadas las herramientas y recursos tecnológicos necesarios si llegase un nuevo escenario de confinamiento en otoño. Que no vuelvan a darse situaciones de falta de equidad en la atención educativa a distancia.

Señor consejero Imbroda y equipo técnico de la Consejería, pónganse a trabajar. Tienen hasta septiembre. No vamos a arriesgar la salud de nuestros hijos e hijas. Somos padres y madres responsables. Lo entiende, ¿verdad?  

1 comentario:

  1. Yo le añadiría más requisitos. Heike Freire lo cuenta muy bien. Adheriros a su carta
    https://www.heikefreire.com/2020/06/carta-abierta-coronavirus-escuela.html

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