martes, 2 de febrero de 2021

VALORACIÓN DEL VACIADO DE AULAS DE 25 Y 26 DE ENERO

 


Concluidas las 2 acciones que desde “Escuelas de Calor” hemos convocado y llevado a efecto en los fríos días de enero, queremos compartir algunas reflexiones y valoraciones que hemos hecho por si pudieran interesar.

En primer lugar, queremos dar nuestro más sincero agradecimiento a los medios de comunicación y a los/las profesionales de la prensa que tanto colaboran con nosotras en la medida que visibilizan nuestra lucha. Sentimos de muchos de ellos/as no sólo el buen hacer periodístico, sino cercanía y complicidad pues son, como nosotras, madres y padres que también tienen hijos/as en la Educación Pública y que están viviendo de primera mano la situación. De todo corazón, gracias, no podría ser como es si vosotras/os.

La situación por la que la Comunidad educativa está atravesando desde que volvimos de las vacaciones de Navidad es extrema, y lo es por 3 motivos:

1.     1. El principal, porque no se tomaron medidas en su momento -que debieron ser planificadas desde mayo e implementadas en septiembre de este curso- como habría sido necesario y como se demandó desde muchos colectivos para que la vuelta a las aulas durante la pandemia de COVID fuera lo más segura posible (inversión extraordinaria y acorde a la situación, refuerzo docente, bajada de ratio, habilitación de espacios públicos para uso educativo, mejora de las infraestructuras en cuanto a calidad del aire de las aulas aplicando la Ley de bioclimatización).

2.    2. "Repunte explosivo” y “tsunami de COVID”, palabras que tomamos de presidente y consejero de educación de la Junta de Andalucía, respectivamente, y que definen muy bien la situación de descontrol de los contagios. Y los centros educativos no son un universo paralelo, están en este.

3.       3. Ola de frío, lluvia, nieve, que convierte las aulas en auténticas neveras y somete a estrés térmico insoportable e insalubre a docentes y alumnado. Y vendrá “la caló” y serán saunas.

Ante ese escenario podríamos haber apretado los dientes y dar una vez más prueba de que la comunidad educativa puede con todo -nos hace hasta sentir orgullosas, cuando lo oímos, pero encierra una trampa, si se piensa fríamente-, o sumar a eso acciones que visibilizaran la situación y animasen a decir BASTA. Nos parecía más digno hacer lo segundo. Ya es cuestión de dignidad, y también de salud, por supuesto.

Damos el objetivo por más que cumplido porque las compañeras, las familias, una vez más han estado a la altura. Y porque “se ha movido el avispero”.

Después de estas acciones, ha habido peticiones de cierre de centros por parte de ayuntamientos, de asociaciones de direcciones de centro de primaria y secundaria, de sindicatos, de comarcas… y ahora la Consejería tiene sobre su tejado tomar decisiones y actuar, porque ya mucha gente no se cree eso de “los centros son seguros”. Actuar responsablemente y no abundando en el mantra, ni retorciendo datos, ni ocultando la realidad, ni amenazando a las familias que quieren proteger la salud aunque sea a costa de la educación. 

De una Consejería de Educación que tiene que gestionar este derecho fundamental reconocido en la Constitución y este servicio público esencial se espera algo más que coacción, amenazas y declaraciones tirando de cinismo que resultan insultantes. En el motivo 1 arriba indicado tiene pistas de por donde debe empezar a trabajar, porque hasta ahora no ha hecho nada a la altura de la situación.

Y una reflexión final que toca hacer a cada AMPA o a cada persona que está en sus juntas directivas o tomando decisiones “en representación de…”. Montones de familias asociadas se han preguntado estos días: ¿dónde está mi AMPA? ¿Por qué no nos llega esta información desde la AMPA?  Y montones de familias nos han dicho “menos mal que estáis denunciando esto, porque en mi centro ni mu”. Aquí lo dejamos. Para pensar…



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