viernes, 8 de enero de 2021

FRÍO EN LAS AULAS, CONDICIONES INACEPTABLES




Sevilla, 8 de enero de 2021. Las temperaturas -apenas pasan de los 10 grados en el interior- son insoportables a pesar de que alumnado y docentes van abrigados/as, con mantas, gorros y guantes. La lluvia entra por las ventanas, pero estas no se pueden cerrar, con buen criterio, para prevenir el contagio por aerosoles. ¿Es sanitariamente responsable abrir así los centros en pleno ola de frío y con la tercera ola de COVID subiendo? Si esto es en Sevilla capital, ¿qué no estará pasando en Granada y lugares de sierra? Es lamentable que la labor educativa en las aulas andaluzas se esté desarrollando en estas condiciones.

Desde el mes de abril del pasado año, en pleno confinamiento, ya alertábamos de que llegaría septiembre y habría que volver a las aulas. A nadie se le escapaba que el SarsCov-2 seguiría entre nosotras y que serían necesarias medidas extraordinarias para que la pandemia no pasase una factura excesiva a toda una generación de estudiantes. A nadie tampoco se le escapaba que sería necesaria una inversión extraordinaria para bajar ratio, contratar docentes y hacer posible una educación lo más segura posible y con una calidad digna. Adaptarse a la educación en pandemia no podía ser jugarse la salud (por contagio o por frío), tener los mismos recursos y confiar en al suerte. Era otra cosa y lo dejamos claro.

Nada de eso se ha hecho, porque las medidas son pocas, cicateras y claramente insuficientes. Se han reducido a tener las ventanas abiertas -acertadamente como demuestran las mediciones de CO2 que hasta el momento hemos hecho desde la plataforma Escuelas de Calor en centros educativos de nuestra provincia-, y a llevar mascarillas que corren por parte de familias y profesorado. Y gel hidroalcohólico, eso también. 

No debimos volver en estas condiciones y ahora, llegadas las lluvias y la primera ola de frío, la situación se hace insostenible. Niños y niñas ateridos de frío no pueden aprender, porque están centrados en la tiritona. Así de simple. Y porque el agua de lluvia entra por las ventanas y moja sus pupitres. Es una vergüenza.

Las medidas que se toman nunca incluyen a los centros educativos, que siguen “con normalidad”. ¿Esta es la normalidad? Pues es inaceptable. Como inaceptable es que se siga diciendo que los centros educativos son seguros sin que se hayan hecho estudios de aguas fecales, sin ofrecer datos totales de contagios en las aulas, cambiando los conceptos y los protocolos a conveniencia, culpando de los contagios que se dan en las aulas a las familias por ir a bares y supermercados con los niños y niñas… Ahora, en plena tercera ola, con una variante del virus que sabemos más contagiosa pero que no sabemos su efecto real en niños y adolescentes, los centros siguen abiertos con “normalidad”.

La Administración educativa de Juan Manuel Moreno Bonilla y Javier Imbroda ha tenido la oportunidad de destinar inversión a la Educación Pública y avanzar en la aplicación de la Ley de Bioclimatización -que plantea medidas de mejorar la calidad del aire interior de las aulas, imprescindibles ahora para prevenir contagios- al elaborar los presupuestos generales de la Comunidad Autónoma andaluza y no lo ha hecho. Es una absoluta falta de respeto y una manera de gobernar desconectada de la realidad de las aulas andaluzas; ha demostrado que no le importa la Educación Pública una vez más y que ha desoído las protestas y las demandas de los movimientos en defensa de la Pública.

Desde Escuelas de Calor seguimos reclamando educación presencial, pero en condiciones de seguridad y dignidad. Eso es lo que deberíamos considerar “normal” y no lo que nos venden como tal, que se reduce a tener el mismo horario de apertura, ir con mascarilla y seguir las flechas pintadas en el suelo. La comunidad educativa andaluza no merece este trato. Y no olvidemos que la desigualdad sigue campando a sus anchas en una mal entendida autonomía de los centros y en función de "lo posible". Ni la semipresencialidad está siendo igual en todos los institutos y ello genera una gran desventaja en parte del alumnado, máxime cuando en la privada (concertada o no) no hay tal deficiencia de recursos o se suple de otras maneras.

Se necesitan estudios técnicos que permitan valorar la incidencia en la calidad del aire de medidas de ventilación forzada, por ejemplo, o filtros HEPA. Se está permitiendo nuevamente el copago de las familias y las AMPA de estos filtros -en cierto modo también favoreciéndolo ante la falta de respuesta-, instalándose sin tener seguridad de su eficacia y quizás trasladando una falsa seguridad que lleve a cerrar ventanas, algo que puede ser contraproducente. Es imprescindible invertir dinero en público en la Pública para bajar ratio y contratar docentes, lo hemos repetido hasta la saciedad. La gestión de la pandemia en el ámbito educativo está siendo pésima y parece que no hay voluntad de mejorarla.



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