El 19 de enero de 2022 dirigimos una carta a todas las
federaciones y confederaciones de AMPA de Andalucía.
En plena sexta ola, con la incidencia disparada, con la
enésima versión de protocolos COVID en centros educativos (que curiosamente no dispone
la misma actuación para un contacto estrecho si es dentro o fuera de un colegio,
pese a ser el mismo virus), con numerosas bajas docentes (muchas más que el año
pasado por estas fechas pese a “las cuentas” que hace la Consejería), el
consiguiente caos organizativo porque no se están cubriendo (también pese a lo
que dice la Consejería), con contagios que no cesan incluso entre alumnado (y
en Secundaria donde la mayoría está vacunado), con un sistema de salud
colapsado donde la Atención Primaria no da abasto y por tanto, las enfermeras
de enlace tampoco… las estructuras que representan a las familias en los
centros educativos no pasan de comunicados y manifiestos, alguno reciente como
el de la federación sevillana más subido de tono.
¿Y ya está? ¿Vamos a seguir soportando la que está cayendo
sin más? ¿Confiando en que pasará como las olas anteriores? ¿Acaso no hemos
aprendido ya que las recogidas de firmas, los comunicados, los papeles por registro…
sin movilización son inútiles o incluso contribuyen a la desmovilización de los
colectivos? ¿Por qué las AMPA, sus federaciones y confederaciones no han
llamado a que las familias se movilicen vaciando las aulas de centros donde no
hay ni seguridad ni presencialidad de calidad? ¿Qué miedo hay? ¿A la crítica? Lo que molesta a
la Administración es lo que visibiliza el conflicto y el descontento social. Y
eso es lo que está haciendo falta ya. Por menos, los docentes en Francia se han
declarado en huelga y tirado a la calle.
O se exige con contundencia o seguiremos sin las medidas
necesarias cuando llegue una séptima ola. El poder que les da la representatividad
no se está usando adecuadamente.
Quien nos conoce sabe que somos firmes defensoras de otro
modelo de organización de las familias en la escuela, que somos muy críticas
con el modelo AMPA y la representatividad, eso inmoviliza no empodera, de hecho, EDC surgió de eso y por
eso, pero ya que estas estructuras están, que se note y hagan algo de verdad
útil. Representar a las familias es defender sus derechos, los de todas, las de
riesgo, las que trabajan fuera de casa, las que teletrabajan, las que están
desempleadas, las monomarentales, las monoparentales, las que tienen hijos/as
con NEAE y las que no lo tienen. El problema y el pisoteo de derechos es a
todas por igual. A un problema colectivo no existen soluciones individuales.
Vamos todas en el mismo barco que se hunde, el de la Educación Pública. Esperamos
una respuesta: escuelasdecalor@gmail.com.
Aquí abajo la carta dirigida a CODAPA, la mayor confederación de
AMPA de Andalucía. Idénticas misivas han recibido las 8 federaciones
provinciales y la otra confederación anldaluza (CONFEDAMPA).
Sevilla, 19 de enero de 2022
Nos dirigimos a ustedes como plataforma de familias y AMPA de
Sevilla para hacerles partícipes de nuestra posición respecto a lo que está
sucediendo en el sistema educativo público andaluz.
Sabemos que como Confederación son ustedes plenamente
conocedoras de la realidad a día de hoy en los centros educativos, no sólo por
el lugar que ocupan como confederación, sino porque como padres y madres
perciben lo que está pasando. Sólo hay que tener un hijo o hija en edad escolar
para saber que eso de “los centros son seguros” no es cierto. No lo ha sido
nunca en estos dos años que llevamos conviviendo con el SarsCov2. Que podría
haber sido peor, quizás sí, pero desde luego, si no lo ha sido, no ha obedecido
a la gestión que desde la Consejería se ha hecho, sino por el esfuerzo y la
responsabilidad de la comunidad educativa de cada centro.
La sexta ola, con una cepa Ómicron de alta transmisibilidad
predominando los contagios, ha sumido en el caos organizativo y sanitario a
muchos centros educativos. Las bajas de docentes tras las vacaciones de Navidad
han sido muy numerosas, sin sustituciones pese a procedimientos extraordinarios
como su gestión telefónica o la cobertura exprés en 24 h. Ello ha redundado en
alumnado sin clases en Secundaria y Bachillerato, o subida de ratio por tener
que repartir alumnado en Primaria para que no permanezcan en aulas sin
maestra/o. Los apoyos al alumnado con NEAE también sufren las consecuencias
pues es de este personal del que a veces se tira para cubrir ausencias
docentes. Hay ya también muchos niños y niñas contagiándose y llevando la
transmisión a sus familias. Y no vamos a detenernos en los cambios en los
protocolos, en la duración de las cuarentenas, en las mascarillas, la no bajada
de ratio, las temperaturas gélidas y el sinfín de despropósitos que nos
acompañan por acción y omisión.
No podemos permitir este escenario por más tiempo, ni
siquiera siendo conscientes de que es una situación de tensión sobre el sistema
educativo temporal (que se traslada a su vez al sanitario) hasta el paso de la
sexta ola y la bajada de contagios. Pueden venir más olas y el derecho a la educación
presencial de calidad debe protegerse y garantizarse. No se ha hecho
ni se está haciendo.
La Consejería de Educación tiene que percibir nuestro rechazo
a su manera de gestionar la COVID en los centros educativos, tienen que tomar
nota de que no nos convencen sus anuncios, sus datos, sus “mantras”, sus
instrucciones, porque la realidad en las aulas es otra. Nunca debimos tolerar
que los centros educativos fueran el único ámbito social donde no ha habido
medidas eficaces a la altura de las circunstancias.
Ya no basta con comunicados y notas de prensa, ni con
acciones tibias, hay que hacer algo más y les invitamos a que usen su representatividad
de las familias de la Pública para llamar al vaciado de aulas en señal de
protesta.
Desde nuestra experiencia, las medidas o acciones que se solicitan
de la Administración, las preguntas o interpelaciones que se le hacen deben ir
acompañadas de tensión y pulso en la calle para que tengan mayor peso. Sin la
calle, no oirán nada ni pasarán a tener en cuenta ninguna de las reclamaciones.
Lo que les molesta es la visualización del conflicto, que el colectivo afectado
se movilice en primera persona, no a través de sus representantes, por muy
legítimas que estas sean, en mesas de despacho.
Para ejemplo, no de lucha ni de personas -sería una falta de
modestia-, las acciones que se hicieron por la bioclimatización de los centros
andaluces desde el año 2017, que hicieron posible la actual Ley 1/2020, de 13 de julio, para la mejora de las condiciones térmicas y
ambientales de los centros educativos andaluces mediante técnicas bioclimáticas
y uso de energías renovables, ya en BOJA. Ley que, dicho sea de paso, recoge en su artículo 8
la puesta en marcha de medidas que mejoren la calidad del aire interior de las
aulas, tan esencial como hemos visto ante un virus de transmisión aérea como el
SarsCov2. De ahí que sea tan importante en este contexto exigir que esa ley en
vigor se cumpla.
Vaciemos las aulas. Todas las familias son capaces de
organizarse para prescindir de la escuela y cumplir sus obligaciones laborales
en los periodos vacacionales, también se puede hacer un día. Pierdan el miedo a
molestar y convoquen a las familias. El problema es colectivo y sólo desde la
colectividad tendrá solución. Quedamos a la espera de la convocatoria.
Sin otro particular, reciban un cordial saludo.
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