Llegó el día y el curso comienza.
Ha pasado el verano, nuestros niños y niñas y nosotras, como padres y madres,
llevamos un mes recibiendo publicidad a tope del mercado que se mueve alrededor
de la “Vuelta al cole”: ofertas, descuentos, vales de regalo, 2x1 y mil señuelos
para llevarnos a cualquier sitio que no sea la papelería de nuestro barrio.
A esto se suma una ingente
cantidad de memes que, tirando de humor, intentan instalar de idea de que todas
las familias estamos deseando de soltar a nuestros hijos e hijas en el colegio
para recuperar la “libertad”. Qué manoseada está ya esa palabra, lo mismo se
asimila a la rutina que anuncia el despertador cada mañana que a tomarte una
caña en una terraza.
Lo cierto es que a través de esos
memes se traslada la idea de que los padres y madres estamos hartos de nuestras
criaturas, que nos estorban, que da igual en qué condiciones estén en los
centros educativos con que estén de 9 a 2 en sus clases, y si hay extra de aula
matinal y extraescolares, mejor. También los docentes tienen sus memes, que los
caricaturizan como flojos y despreocupados, lo típico de quien escoge su
profesión porque tiene muchas vacaciones.
Ni uno ni otro cliché son ciertos
al 100%, porque ambos toman la parte por el todo y cometen la injusticia que va
implícita en toda generalización.
No todas las familias vemos en las
escuelas los mejores “aparcaniños” porque muchas valoramos la educación de
nuestros hijos e hijas como algo esencial en su desarrollo presente y futuro,
de ahí que la elección de centro educativo sea algo muy serio para nosotras y
que nos preocupe el estado en que se encuentra la Educación Pública, la de
todos y para todas.
El sistema en forma de meme
divide a la comunidad educativa haciendo un estereotipo tanto de docentes como
de familias, generando un estado de opinión y pseudoenfrentamiento que
devalúa la noble tarea de educar en que ambos sectores debemos colaborar cada
uno desde su parcela. Los memes al final son eso, una generalización
"útil" para estas perversas intenciones que hace que un sector y otro
ya vaya predispuesto a mirar con malos ojos al que inevitablemente sitúa enfrente
y no al lado como aliados para la ardua y maravillosa tarea de educar.
En realidad, quienes
desprestigian la educación son las políticas que deterioran su calidad a base
de recortar recursos y que echan la necesaria conciliación laboral a las espaldas
de la escuela en solitario. Lo vimos en pandemia.
Son políticas que acaban con la
vocación profesional de un sector y que induce al otro a anteponer el horario
de cobertura para conciliar como valor de la escuela, y que hace sentir a ambos
impotentes para combatir tanto ataque a la Educación Pública, conscientes del
deterioro que no cesa pese a los grandilocuentes titulares de cifras de
inversión que hacen quienes la gestionan. Y perdemos los de siempre, la mayoría
social y la sociedad misma, porque las nuevas generaciones de ciudadanxs salen
cada ver peor preparados para la vida comunitaria.
Las familias no recuperamos hoy
libertad ninguna, las familias dejamos hoy durante al menos 5 horas diarias a
nuestras criaturas en manos de sus docentes (es un gran acto de confianza), a muchas
familias nos preocupa en qué condiciones se encuentra la Educación Pública que
utilizamos porque es derecho de nuestros hijos e hijas que sea de calidad
(tenga docentes motivados/as, preparados/as y con estabilidad laboral,
infraestructuras dignas y sanas, ratios adecuadas, un curriculum que les prepare
para la vida y los recursos materiales y humanos necesarios, lo que incluye una
adecuada atención a la diversidad natural de las aulas).
Muchas familias valoramos la
educación en sí misma y luchamos para que ese derecho sea efectivo, por
eso no nos sentimos representadas en esos memes. Ello no significa que no nos
saquen la sonrisa, pero sin caer en la trampa que hay debajo del envoltorio.
Que tengáis un feliz y combativo curso
2022-2023.
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