viernes, 3 de septiembre de 2021

1-S. EMPIEZA EL CURSO, EMPIEZA LA LUCHA



Señor Imbroda, Consejero de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía:

Ya nos conoce, somos uno de esos colectivos -pero dicho sin el tono despectivo que usted usa para aludir a nosotros/as- que el 1 de septiembre estuvo en el Parlamento, junto a otros 18, algunos de ellos también participantes de la Marea Verde. Hemos escuchado sus recientes declaraciones y no podemos sino compartir con ud. algunas reflexiones.

Para empezar, sepa que ha ninguneado usted a la Marea Verde y demostrado ignorar qué es ese movimiento. Marea Verde es más que un colectivo, es un movimiento social en el que nos encontramos muchas organizaciones y personas de los distintos sectores de la comunidad educativa para defender algo tan necesario en un país como es un sistema educativo público y de calidad, porque en él se basa el efectivo cumplimiento del derecho inalienable a la educación.

Dice usted que hay colectivos que se arrogan la voz de la comunidad educativa. Sin duda, algunos lo hacen. Y ud. mismo legitima esa representatividad cuando le interesa, para decir que sus medidas llevan el acuerdo de ciertas entidades con las que gusta en esas ocasiones reunirse y hacerse fotos. Tenga un poco de decencia, señor consejero.

Ha dicho usted que “los refuerzos extraordinarios no dependen de una cantidad, de un número, sino de las necesidades del sistema educativo”. Pues aplíquese el cuento, porque en el sistema educativo hay necesidades por cubrir que no dependen de la COVID, ni de situaciones extraordinarias, ni sobrevenidas, sino de la “normalidad”, porque la tozuda realidad es que normalmente faltan docentes, infraestructuras dignas, personal de apoyo al alumnado con NEAE (PTIS, ILSE, MECO, AL, Educadoras/es Sociales), orientadoras/es y personal de administración y servicios.

Y encima tiene ud. la vergüenza torera de decir que los refuerzos que puso el curso pasado fueron para seguir las indicaciones sanitarias de distancia, bajada de ratio y desdobles. Si no fuera tan grave, cabría la carcajada. ¿Dónde bajó la ratio? ¿Dónde hubo distancia entre los pupitres? ¿Dónde hubo desdobles? ¿Han calculado el porcentaje de centros donde eso se pudo hacer con “los refuerzos COVID”? A ver si ahora vamos a tomar la excepción por la regla. 

¿Dónde hubo mascarillas seguras (tipo y tiempo de uso recomendados por Sanidad)? ¿Dónde hubo mediciones de CO2? ¿Dónde hubo cribados? ¿Dónde filtros HEPA? ¿Dónde espacios alternativos a las aulas para desdobles? ¿Dónde los grupos burbuja fueron reales? No hemos tenido centros seguros, por mucho que lo repita, hemos hecho de la necesidad virtud.

Dónde bajó la ratio se lo decimos nosotras: en los institutos que aplicaron la semipresencialidad, o sea, el robo de tiempo lectivo al alumnado que iba la mitad de horas a clase, bien fuera yendo una semana sí y otra no, o días alternos o lo que cada centro decidió. Por supuesto, el profesorado tuvo también que hacer encajes de bolillos con su tiempo para atender en este desquiciante escenario al alumnado y los equipos directivos para dotar de tecnología a las aulas (le garantizamos que fue meritorio para unos dar clase así y para otros seguirlas desde casa). Se le olvida que, igual que no todo el monte es orégano, tampoco todos los centros son MEDAC.

La ratio dice ud. que es un debate fácil, recurrente… y que en la conferencia sectorial se ha acordado que hay que crear una mesa técnica para tener un debate sereno sobre ese tema buscando las evidencias científicas que fundamenten una bajada de ratio. ¡Acabáramos! No, lo que falta es voluntad política aquí y en Madrid para invertir en la Pública e ir caminando hacia ratios acordes con lo que llevan décadas diciendo y fundamentando las Ciencias de la Educación.

La gota que ha colmado el vaso es que deje caer que los “colectivos” no nos preocupamos del abandono escolar o que sugiera que los problemas de convivencia en el centro son debidos a que las familias hacemos dejación de nuestras obligaciones educadoras. Exigir a las familias lo que usted llama las 3 R -respeto, responsabilidad y rendimiento- estaría bien si su Consejería cumpliera con esas 3 R y el resto del abecedario. Nos parece una simplificación injusta y ofensiva que no habla sino del concepto clasista y estereotipado que tiene de las familias de la Educación Pública.

Claro que esos problemas son reales y preocupantes, pero no se van a solucionar con una ley de autoridad del profesorado como usted pretende. Rechazamos la violencia en todas sus manifestaciones, también la que sucede en las aulas, pero ella no es sino un síntoma de problemas que hay que atajar de raíz. Quizás podría usted reconocer al profesorado de otra manera, dotándole de recursos, reduciendo burocracia inútil, respetando las especialidades docentes, reduciendo la precariedad de ciertas profesionales, dotando de PAS a los centros para que no tengan que hacer a la vez de administrativos o conserjes, ampliando plantilla, atendiendo a la amplia diversidad, bajando ratio… eso es R de respeto y R de respuesta, la que se espera de alguien de su nivel de responsabilidad pública. Si en Educación se habla de “sistema educativo” es porque hay muchas variables imbricadas que condicionan la realidad de las aulas. Sobran las explicaciones, ¿verdad?

Pues nada, nos volveremos a ver en las calles, movilizaciones que dice usted respetar como no podría ser de otra manera. No nos dé usted motivos y despareceremos. ¡Ojalá!

Atentamente, 

Escuelas de Calor, familias de la Pública.


P.D.: Nos sorprende también el anuncio de 300 millones de euros para bioclimatización de los centros educativos en 2021 y 2022 para aplicar una ley que ni siquiera ha tenido desarrollo reglamentario y que a todas luces sigue sin ser aplicada con el rigor que su texto contempla. Hasta pronto.

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