La Consejería de
Educación en funciones de la Junta de Andalucía saca pecho de la exitosa
aplicación del Plan de Refuerzo Educativo Estival sin que nadie repare en que
los casi 9 mil niños y niñas y los 1030 docentes que participan en el Plan lo
hacen en 211 centros educativos no preparados para soportar las inclementes
temperaturas del verano andaluz. Mientras, seguimos asistiendo al flagrante
incumplimiento de la ley de bioclimatización -de cuya entrada en vigor se
cumplirán 2 años la semana próxima-, por parte de la indolente e inoperante
Consejería de Educación de la Junta de Andalucía de Juan Manuel Moreno Bonilla.
El señor Cardenete, consejero
de Educación en funciones, ha visitado recientemente un aula de uno de los 211 centros
en los que se desarrolla el Plan de Refuerzo Estival, donde un triste
ventilador hacía el intento de mejorar el calor sofocante. Así lo ha publicado
en las redes sociales, sin sonrojarse. Desde Escuelas de Calor nos preguntamos
si ese es el protocolo de actuación de su consejería frente a las olas de calor
y altas temperaturas en el ámbito educativo. Es a todas luces insuficiente y un
parche frente a lo que debió ser la manera de afrontar esta problemática que
desde Escuelas de Calor pusimos de manifiesto hace ya 5 años: la
bioclimatización de los colegios e institutos.
Seguir sometiendo a
los escolares andaluces y sus docentes a condiciones térmicas insanas es intolerable,
pero hacerlo además en verano cuando se desarrolla el Plan de Refuerzo es una
temeridad, cuando los responsables sanitarios advierten que estar expuestos a
altas temperaturas (como las que se alcanzan en las aulas) tiene elevados
riesgos para la salud.
La ola de calor es
noticia en toda la prensa y la AEMET alerta de que el episodio actual se alargará
y alcanzará temperaturas extremas con avisos rojos en Andalucía, donde se puede
llegar a los 44 grados. El panel de expertos de las Naciones Unidas sobre
cambio climático (IPCC) señala que las temperaturas en Europa seguirán subiendo
a un ritmo superior al global y que los eventos cálidos extremos aumentarán su
frecuencia, sobre todo en la cuenca Mediterránea. De hecho, la experiencia nos
confirma que esas observaciones son rigurosamente ciertas, pues las llamadas
olas de calor son cada vez más frecuentes y agresivas y no episodios aislados.
En este contexto, se
hace urgente que la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía se tome en
serio la aplicación de la Ley de Bioclimatización y deje de conformarse con las
actuaciones parciales de climatización dentro del plan de infraestructuras
anual, que es lo que ha venido haciendo hasta ahora. La salud de la población
escolar y docente andaluza y el cambio climático lo exigen, no se puede olvidar
que esta Ley es una herramienta para paliar sus efectos y convierte los
edificios educativos en eficientes y resilientes frente a la emergencia
climática.
Desde Escuelas de calor seguimos
insistiendo en que la Ley de Bioclimatización sigue aparcada por la Junta de
Andalucía. No se ha acometido su desarrollo reglamentario -imprescindible para
su aplicación-, ni se ha iniciado la redacción de su Guía técnica en
colaboración con la Agencia Andaluza de la Energía, ni se han realizado las
valoraciones y/o auditorías de los centros -el plazo era 18 meses, ya han
pasado, para los centros prioritarios-, ni se la ha dotado de presupuesto, ni
se ha llevado a cabo la formación en gestión energética ni la creación de
equipos de gestores energéticos en los centros, ni se han aplicado las medidas
para la correcta ventilación de los interiores (algo que habría sido crucial
con la llegada de la pandemia de Covid), no se ha intervenido en los espacios
exteriores de los edificios (patios) con vegetación y arbolado.
Parece que esperan a
que las familias y las AMPA sigan climatizando aulas, pero no debe olvidarse
que ya pagamos impuestos para tener un servicio educativo público de calidad,
lo que incluye el estado digno de los colegios e institutos. La responsabilidad
y la competencia es de la Junta de Andalucía, como establece la Ley de
Bioclimatización, gobierne quien gobierne.
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