La primera ola de
calor de final de curso deja al descubierto la chapuza de la refrigeración
adiabática. La APAE le echa la responsabilidad a los centros educativos. Los
ayuntamientos se ponen de perfil. Las direcciones de los centros se niegan a
asumir una responsabilidad que no les es propia y para la que no disponen de
recursos. Y a la comunidad educativa no le queda otro camino que la indignación
y la protesta.
Suben los termómetros de un día para otro, nada extraño en Andalucía. La AEMET alerta de aviso por altas temperaturas y a la Consejería de Desarrollo Educativo y FP no va más allá de recomendar poner en marcha el protocolo de altas temperaturas, que incluye entre otras “medidas estrella” que el alumnado salga de los centros a las 12 de la mañana, pasando por alto las dificultades de conciliación de las familias, la pérdida de horas lectivas y los problemas de organización escolar que esto supone al profesorado.
Cinco años han pasado desde la entrada en vigor de la Ley de
Bioclimatización de los centros educativos públicos andaluces y el gobierno de
Moreno Bonilla no ha hecho sino gastar dinero de fondos europeos en poner
refrigeración adiabática en un puñado de centros que asisten ahora a la
frustración de ni siquiera poder usar estas instalaciones porque, sin
mantenimiento y limpieza, son un peligro de legionela y otras enfermedades
respiratorias para los espacios donde se han instalado, lo que los convierten
en un riesgo para la salud.
La APAE ha enviado una carta a los equipos directivos de los
colegios e institutos con adiabática instándoles a hacer el mantenimiento de
las instalaciones y avisa del peligro de legionela de no hacerlo, pero no se
hace cargo del coste económico que ello conlleva. Algunos ayuntamientos han
alertado también en el mismo sentido. Los consejos escolares de los centros
aceptan impotentes no tener recursos para este mantenimiento. Nadie parece
haber pensado en las características de una refrigeración que los expertos
consideran inadecuada para este uso por estar más indicada para uso industrial.
Desde la plataforma de familias y AMPA Escuelas de Calor hacemos
un llamamiento a las familias a movilizarse y hacer llegar a la Consejería de
Desarrollo Educativo y FP de la Junta de Andalucía y todos los entes con
responsabilidad en este tema nuestra indignación y rechazo más absoluto por la
situación de temperaturas que soportan nuestros hijos, hijas y sus docentes,
máxime cuando hay una ley de obligado cumplimiento que sigue abandonada en un
cajón. Hay que movilizarse por el cumplimiento real de la ley de
bioclimatización y por el mantenimiento adecuado de la refrigeración
adiabática, ya que se ha puesto en algunos centros. Por el derecho a una
educación pública de calidad y en condiciones de salud.
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