Andalucía tiene una ley en BOJA desde el mes de julio que no se aplica y que contiene una medida eficaz para el control del contagio por SarsCov2 en las aulas. Se trata de la ley de Bioclimatización que impulsaron las familias de la plataforma Escuelas de Calor y en la que participaron otros agentes sociales tras las protestas iniciadas por la plataforma en 2017. La Junta de Andalucía intenta disfrazar las medidas del plan anual de infraestructuras como si fuesen la aplicación de esta ley, pero dicho plan, anterior a la aprobación de la citada ley, nada tiene que ver con ella aunque incida en algunos centros con medidas de climatización.
Costó 3 años de lucha,
pero se logró. El pasado 3 de junio se aprobó por unanimidad en el Parlamento Andaluz
la “ley para la mejora de las condiciones térmicas y ambientales de los centros
educativos andaluces mediante técnicas bioclimáticas y uso de energías
renovables”. Fue un hecho histórico por varios motivos: por ser la primera vez
que una ley nacida de la protesta social llega al BOJA, por ser una ley
presentada por la oposición parlamentaria, por ser pionera en su contenido…
pero lo más importante aquí y ahora es que posee las claves que pueden prevenir el contagio
de la COVID en las aulas.
En su artículo 8.1. dice
que “las actuaciones sobre las edificaciones educativas tendrán como objetivo
la renovación del aire”. Nos preguntamos, ¿cuándo prevé la Junta de Andalucía
ponerse manos a la obra con esas actuaciones? Cumplir la ley es su obligación y
responsabilidad, pero ahora es además una necesidad sanitaria pues a la vista
está que los contagios en los centros educativos no cesan y superan incluso los
que se dan en el ámbito sanitario, según los datos publicados recientemente por
el Ministerio.
La gestión de los positivos está siendo pésima e intentan que
no cunda la alarma con falta de transparencia y controlando la información,
pero así y todo no se puede negar la realidad, los centros educativos son focos
de contagio por falta de medidas eficaces y recursos. El tiempo ha dado la
razón a quienes lo denunciamos durante todo el verano.
El contagio por aerosoles del SarsCov2 es ya una realidad
aceptada por la Ciencia y la aplicación de la Ley de Bioclimatización puede
mitigar el riesgo. Además, los estudios de la calidad del aire interior de las
aulas han demostrado que sus niveles de CO2 superan de largo los límites de lo
saludable y con él la cantidad de aerosoles a que están sometidos nuestras/os
escolares y sus docentes. Pasan 5 horas diarias en estas condiciones, incluso
comen en las aulas. La ventilación con las ventanas abiertas en insuficiente. Si
a esto añadimos que pronto las temperaturas y las lluvias desaconsejarán
permanecer con las ventanas de las aulas abiertas, ¿a qué están esperando para
aplicar soluciones al menos en esto, ya que no han tomado las necesarias en
cuanto a bajada de ratio, ampliación de plantilla necesaria y distancia social?
La ley está en vigor desde el 14 de julio pero Juan Manuel
Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía, nada ha hecho ni para su
desarrollo reglamentario, ni para la evaluación y auditoría de los centros, ni
para iniciar las actuaciones edificatorias que, en lo referido a la renovación
del aire, son urgentes e imprescindibles si de verdad importa la salud
de nuestra infancia y la laboral de las trabajadoras y trabajadores de los
centros educativos.
Si como ha dicho en el debate del estado de la comunidad le
preocupa la sostenibilidad, ahora tiene la oportunidad de demostrarlo más allá
de la demolición de El Algarrobico, a lo que lo obliga una sentencia judicial.
La comunidad educativa espera que destine recursos a convertir los centros
educativos en espacio saludables sea en sus aulas o en sus patios, en los que
trabajar o educarse no sea exponerse al SarsCov2 y a estrés térmico. Tiene una
herramienta en sus manos: la ley de bioclimatización. Una manera, además, de
generar empleo, mejorar el medioambiente urbano y reactivar la economía en
tiempos tan duros para la sociedad andaluza como los que estamos atravesando. Pónganse ya manos a la obra.
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