jueves, 28 de mayo de 2020

BAJAR RATIO ES INVIABLE (IMBRODA DIXIT)




Las familias de la plataforma Escuelas de calor consideramos un despropósito y una irresponsabilidad las intenciones del señor Javier Imbroda, consejero de Educación y Deporte de la Junta de Andalucía de volver a las aulas en septiembre sin las garantías sanitarias que darían la bajada de ratio. Está jugando con las salud de toda Andalucía exponiéndonos a que aumenten los contagios.

Cuando hay experiencias en otros países que evidencian que la vuelta a las aulas ha sido vehículo de repuntes en la pandemia, el señor consejero Imbroda pretende que, a 4 meses vista del comienzo de un curso escolar que va a convivir con la COVID-19, sea seguro volver a las aulas con la misma ratio anterior a la pandemia. 

Las autoridades sanitarias no dejan de hacer llamamientos a la prudencia, a seguir manteniendo las medidas de prevención que hasta ahora han demostrado eficacia: distancia social, porque el virus no nos ha abandonado y sigue sin haber vacunas.

Sigue habiendo personas que pueden ser enfermas asintomáticas. ¿Qué pasaría si hubiera escolares asintomáticos en un aula de 25 o 30 niños y niñas? ¿Qué podría pasar si una docente fuera asintomática y ha estado trabajando infectada? ¿Qué pasaría con los abuelos y abuelas que llevan a sus nietas/os al colegio? Las respuestas a estas preguntas son claras. Propiciar situaciones sociales de riesgo es abrir la puerta a un repunte de la enfermedad, a más muertes y a extender en el tiempo la pandemia y sus consecuencias sociales y económicas.

La Consejería muestra una absoluta irresponsabilidad fiando su planificación a que en estos 4 meses haya mejorado la pandemia. No es de recibo. Bajar la ratio es la obligación del señor consejero Imbroda de cara a la vuelta a las aulas el curso 2020-21. Es su responsabilidad buscar urgentemente una solución hoy para que todo esté listo dentro de casi cuatro meses que es cuando dará comienzo el nuevo curso. Decir que bajar la ratio es inviable es reconocer su propia incompetencia y lo que debería hacer entonces es dimitir, poner su cargo a disposición ante una situación que a todas luces le viene grande y no es capaz de gestionar.

El señor consejero ve números y cuentas, ahorro, pero lo que está en juego son vidas y el derecho a la educación de calidad. En la empresa con la que estuvo vinculado hasta poco antes de tomar posesión de su cargo, MEDAC, se anuncia una ratio de 15 alumnos/as como garantía de individualización de la enseñanza. Sin embargo, se niega a la Educación Pública esa ratio que protege la salud de los andaluces/zas y asegura la atención individualizada al alumnado, imprescindible para las adaptaciones curriculares que serán necesarias para retomar los aprendizajes perdidos en el confinamiento y mucho más.

Ya basta, necesitamos una Consejería que planifique, no que improvise ni eche balones fuera. Eso era en la cancha, ahora Imbroda está al frente de algo tan serio como la Consejería de Educación.

Escuela de Calor, como otros colectivos en defensa de la Educación Pública, no va a parar hasta que la Consejería cumpla con su obligación y responsabilidad, hasta que se cumplan todas las reivindicaciones de la comunidad educativa que llevan poniéndose sobre la mesa desde que empezó el confinamiento educativo y se hicieron patente la desigualdad y los déficits del sistema.

El sistema educativo andaluz necesita de una inversión extraordinaria y medidas contundentes que hagan posible enfrentar la situación generada por la COVID-19, que no ha hecho sino agravar la “normalidad” previa. No tiene ningún sentido volver a las aulas sin seguridad sanitaria y sin un plan que solucione las brechas y la desigualdad que se han visto durante esta etapa.

Como el sistema sanitario, que se ha enfrentado a la pandemia debilitado, el sistema educativo andaluz viene de soportar recortes brutales en plantilla docente, en plazas escolares públicas, cierre de centros públicos, privatizaciones con precarias condiciones laborales para personal de apoyo al alumnado más vulnerable (PTIS, ILSE, mediadores comunicativos...), desatención de la diversidad, etc. 

Desde que el gobierno anterior aplicó las políticas de austeridad que deterioraron lo público, no se ha hecho sino abundar en su desmantelamiento en favor de la oferta privada y concertada. El actual gobierno suma y sigue. Ya basta. Ahora más que nunca dinero público para la Pública, bajada de ratio, más docentes y atención a la diversidad de calidad para una inclusión educativa real.

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