La primera cumbre de Naciones Unidas sobre el
clima se realizó en 1972 en Estocolmo. Pasaron 20 años hasta que llegó la
siguiente en Berlín. Llegó luego el Protocolo de Kyoto en 1997. Y de ahí en
adelante se han ido celebrando alrededor de todo el mundo, adoptando acuerdos y
poniendo plazos para medidas que nunca llegan a cumplirse.
Paralelamente y hasta elevando informes a los
poderosos de la Tierra, la Ciencia no ha dejado de alertar a la Humanidad cada
vez con datos más alarmantes y mejor fundamentados que el tiempo se acaba, que
si no nos tomamos en serio lo que hacemos con los recursos limitados del
planeta, si no nos replanteamos la cantidad de residuos que vertemos a mares,
ríos, aire, tierra…, si no vamos cambiando el modelo energético basado en combustibles
fósiles con el que movemos el mundo, no habrá vuelta atrás. Estamos destrozando
el único hogar posible que tenemos y que es el que dejaremos a las generaciones
venideras.
La última advertencia de los hombres y mujeres
de ciencia ya pone una fecha límite: 2030. Si llegamos a esa fecha sin haber
cambiado el ritmo de deterioro que estamos causando en nuestro planeta, el daño
será irreversible. Nos creemos que siempre estamos a tiempo, que siempre habrá
un mañana, pero no es cierto, el tiempo se agota. Y es nuestra responsabilidad
actuar ahora que todavía estamos en plazo.
Como padres y madres nos desvivimos por dar a
nuestras criaturas todo lo que necesitan, les cuidamos, les alimentamos, les
educamos, vigilamos su salud, les protegemos -a veces, hasta les
sobreprotegemos-, en definitiva, queremos que sean felices… Pero, ¿para qué si
no van a tener un mundo habitable? Es así de duro.
El cambio climático ya está aquí. Lo percibimos
en nuestra vida cotidiana, las estaciones no son como antes, los árboles
florecen a destiempo y las aves que antes iban y venían se quedan. Hace unos
días EL PAÍS publicaba que la temperatura en las ciudades españolas ha subido
el doble que la media mundial en 50 años.
En Escuelas de Calor difundimos hace unos meses
un curioso enlace en que se establecía una comparación entre los días de calor
que había cuando los que ahora somos padres o madres íbamos al colegio y los
días de calor que soportan nuestros hijos e hijas. Hacedlo – aquí https://www.elconfidencial.com/tecnologia/ciencia/2018-09-24/cambio-climatico-warmer-europe-datos_1619178/- y os
sorprenderá el resultado. Un ejemplo, los días de calor de 1985 se han
multiplicado por 9 en 2017. Es una prueba más de que la situación es
preocupante.
Desde que una joven sueca de 16 años, Greta
Thunberg, decidió plantarse delante del Parlamento de su país y comunicar a
quien quiso escucharla que haría huelga todos los viernes hasta que la clase
política tomase medidas para detener el cambio climático, el movimiento
estudiantil se ha extendido por todo el mundo. Y ya ha llegado también a
nuestro país.
No podemos sino sentirnos orgullosas de que la juventud
se rebele, de que se levante, que no se resigne y luche para espolear nuestras
conciencias de adultos/as hasta hacer que nos tomemos en serio el cambio
climático.
Desde Escuelas de Calor, AMPA rebeldes que
tampoco se resignan a la inacción de quienes tienen el poder político en las
instituciones, os apoyamos. El poder político está también en las calles si
creemos en nosotras, la ciudadanía consciente, organizada y movilizada. Y
nosotras sí lo creemos.
Estaremos a vuestro lado, es lo coherente con nuestra
lucha por la bioclimatización, y desde aquí hacemos un llamamiento a toda la comunidad educativa a apoyar este movimiento,
que ha tenido la valentía de sacarnos los colores a las que, como personas
adultas, llevamos décadas votando opciones políticas que no se toman en serio
la crisis medioambiental y posponiendo medidas que sabemos imprescindibles si
queremos simplemente sobrevivir.
Si eres docente o equipo directivo, facilita
que el alumnado se reúna en asamblea, comparta información y tome decisiones.
Si eres AMPA, difunde los carteles y la
información entre las familias de tu centro.
Si eres padre o madre de alumnado de 1º y 2º de
ESO, habla con tu hijo o hija, y secundad la huelga juntos/as.
Si eres madre o padre de alumnado de 3º de ESO
o cursos superiores, apoya su decisión de hacer huelga por el clima el 15 de
mayo.
Anímalos en cualquier caso a hablar de esto con
sus compañeros y compañeras de clase, con sus tutores/as y profes.
Tenemos una responsabilidad y si no la
cumplimos hoy, mañana será tarde.
¡Todos
y todas a la huelga por el clima el 15 de mayo!
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