Entrada publicada el 11 de septiembre de 2018
Llega septiembre. Los y las
escolares andaluces/as vuelven a sus aulas. La Consejería de Educación,
Delegaciones y responsables municipales del área educativa se aplican a fondo
en transmitir lo que pasa en sus “mundos de yupi”, esa realidad paralela en la
que parecen moverse, poniendo a tope la maquinaria de propaganda en sus redes y
sus medios. Y las AMPA volvemos a la lucha, porque de más sabemos que no hay
otra manera de lidiar con esta gente que tan mal gestiona nuestro derecho a una
educación pública y de calidad.
Para la Administración es fácil:
buscan un cole recién construido -porque en una comunidad tan extensa como la
andaluza con centros educativos diseminados por miles de municipios, siempre es
necesario renovar la red de centros y porque es su obligación no un mérito del que presumir-, convocan a la prensa (que no falten
sus fieles) y con micrófono por delante se deshacen en cifras mareantes,
promesas, anuncios de parabienes y lluvias de millones. El papel y la foto lo
aguantan todo.
Pero las madres y padres del
alumnado, los/las docentes y demás personal que trabaja en los centros educativos
andaluces sabemos la verdad del cuento
que nos cuentan.
LA VERDAD ES que este curso que ahora empieza se han suprimido 487
líneas en la educación pública, y ya van casi 1500 desde 2011 (Datos de
USTEA). Todas en la Educación Pública, mientras la privada sostenida con dinero
público (también llamada concertada) sigue comiéndonos terreno. Nos están
desmantelando la Educación de todos y todas agarrándose a la bajada de la natalidad,
que parece sólo la red 100% pública tiene que soportar. Pero blindan vía
conciertos y no han movido un solo dedo para ir reduciendo esos conciertos
desde que fueron establecidos con carácter temporal y subsidiario a la Pública.
¿Hasta cuándo?
LA VERDAD ES que incumplen sus promesas, esas que anuncian en cada
foto que se hacen o que incluso se atreven a hacer en sede parlamentaria. Como
la de construir un colegio en el centro de Sevilla. Es más fácil saturar
centros vecinos, ampliar ratio, que los casi 50 niños/as sin plaza se reubiquen
como sea y a esperar otro año. Poner en riesgo la calidad educativa es lo de
menos. Engañar a las AMPA de los coles del centro es marca de la casa.
LA VERDAD ES que las obras de mejora o reparación de las
instalaciones que prevén hacer -aunque lleven un año previstas- no siempre
terminan en plazo, algunas no están ni empezadas, y son muchos los niños y
niñas que se van a ver este curso teniendo que convivir con hormigoneras,
ruidos y polvo. O mohos u hongos, porque ni siquiera las humedades se han
reparado (CEIP Calvo Sotelo, CEIP Lope de Rueda, CEIP Carlos V muchos más).
Pueden decir que son excepciones, pero no es tolerable tan nefasta
planificación cuando estamos hablando de colegios que permanecen cerrados 2
meses en verano cuando las reformas no afectarían a nadie.
LA VERDAD ES que ofertan plazas para tapar bocas de AMPA
reivindicativas pero no dotan de los recursos para que se hagan efectivas.
Llega el momento de la verdad con el inicio de curso y las direcciones de los
centros se ven obligados a sacar espacio suprimiendo el aula de informática o
el laboratorio para poder recibir al nuevo alumnado, caso del IES Concha Méndez
Cuesta en Torremolinos, con plazas de bachillerato ofertadas, matrícula hecha y
sin otra solución que la que su equipo directivo ha podido adoptar a una semana
de que llegue el alumnado.
LA VERDAD ES que nuestros comedores -algunos de chapa (CEIP Valdés
Lean) o aulas adaptadas que son comedores porque a cierta hora del día se come
en ellas (CEIP Joaquín Turina)- siguen en manos de empresas privadas que
consiguen adjudicaciones a la baja a costa de la calidad y el sabor de las
comidas. Mientras, experiencias de gestión propia saludables, sostenibles,
ecológicas y premiadas por su comida sana y sabrosa decaen y pasan al
nostálgico recuerdo. La ratio en muchos comedores está por encima de lo
razonable y obliga a comer por turnos, lo que tratándose de niños/as de corta
edad puede ser equivalente a comer a medias.
LA VERDAD ES que el bilingüismo no funciona. ¡No diremos ya el
plurilingüismo! Se ha convertido en la estrella de los titulares de la
Consejería y en mecanismo para que “se estrellen” muchos/as niños/as y
muchos/as docentes que de pronto no cumplen con las competencias necesarias
para ejercer su profesión. Más allá de que dominar una segunda lengua sea una
necesidad hoy en día y que el sistema educativo deba dar respuesta a ella, las
cosas hay que hacerlas bien o no hacerlas. El bilingüismo se ha convertido en un
mecanismo de segregación en los centros y de generación de desigualdades entre
las familias que no pueden pagar una academia de refuerzo para que su hijo/a
esté a la altura del grupo bilingüe, que parece que es el de los buenos/listos
frente al no bilingüe, de malos/torpes. Porque así ha funcionado el estereotipo
que se ha creado en torno a la implantación del bilingüismo en muchos centros.
LA VERDAD ES que un centro TIC es un centro con una placa en su
fachada que así lo cataloga y un aula con ordenadores que nadie mantiene ni
repara y que en muchos casos dependen del voluntarismo que el o la docente
encargado/a de las TIC pueda echarle.
LA VERDAD ES que se suprimen recursos y profesorado de apoyo a
necesidades educativas especiales jugando con las ratios, las líneas, la no
cobertura de bajas, los dictámenes de orientación… e instrucciones varias. Eso
si no es el profesor o maestra de apoyo el que cubre las bajas que no son
sustituidas en tiempo y forma.
LA VERDAD ES que la atención a la diversidad les parece algo
accesorio, y por ello los monitores y monitoras escolares y las ILSE
(Intérpretes de Lengua de Signos española) siguen
precarizadas en sus
condiciones laborales que dependen de las empresas privadas que hacen negocio
con nuestros servicios públicos.
LA VERDAD ES que los presupuestos para el mantenimiento de los centros
siguen a la baja y llegando con retraso, lo que causa verdaderos quebraderos de
cabeza y dificultades a las secretarías y equipos directivos para poder sacar
adelante los mínimos de gestión necesarios.
LA VERDAD ES que la adecuación térmica de los centros, la
climatización, sigue sin ser tomada en serio pese a lo que diga la consejera en
su prensa. Si tanta importancia tiene para ellos y entienden que es una
reivindicación justa -solo faltaría que no lo fuera cuando hasta los coches de
sus señorías tienen sombra- ¿por qué no han reforzado los recursos humanos y
técnicos de la APAE para dar una respuesta a la altura del problema? Que
destinen presupuesto anual claramente insuficiente a esto no revela sino su
voluntad de ir parcheando centros, no revela sino que van a seguir actuando con
cuentagotas y sin llevar a cabo actuaciones integrales y a futuro que de verdad
mejoren las condiciones de salud y bienestar en las aulas de nuestros hijos e
hijas. Si de verdad la climatización de los centros educativos es tan
importante para el gobierno andaluz, ¿por qué no votaron a favor de la Ley de
Bioclimatización en el Parlamento? Las AMPA de Escuelas de Calor no olvidamos
que el PSOE fue el único que votó en contra de su tramitación. ¿No será que no
quieren que la Ley les obligue a tratar este asunto con la seriedad y el rigor
que merece?
La verdad es que las AMPA y las familias de la Educación Pública estamos
hartas de soportar tanta mentira y tanta falta de respeto por parte de
todas las instancias de la Administración educativa. No estamos aquí para
sostener el copago de instalaciones, reparaciones, folios, papel higiénico,
ventiladores, proyectores… Estamos para defender la calidad de la educación que
reciben nuestros hijos/as y para participar de la vida de los centros,
acompañando y colaborando con el profesorado en esa maravillosa tarea de educar
y enseñar a lo más preciado que tenemos.
Gracias a esos profesionales de
la enseñanza que se echan a la espalda tanto despropósito y se dejan la piel
por mantener la calidad de la Educación Pública y sus valores, estamos aquí y seguiremos luchando por algo en lo
que creemos de verdad, la Educación de tod@s y para tod@s.
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